Los trastornos funcionales digestivos han sido redefinidos por la Fundación Roma en los criterios Roma IV con una nueva terminología denominada trastornos de la interacción cerebro-intestino (TICI), y estos son los diagnósticos más comunes en gastroenterología. Son condiciones en el paciente que presenta una combinación variable de síntomas sin una causa identificable o sin una sospecha alta de una condición orgánica. Los signos o síntomas de estos trastornos suelen ser dolor abdominal, hinchazón, distensión y/o alteración de los hábitos intestinales. Entre ellos está el Síndrome de intestino irritable (SII), el Estreñimiento funcional, la Diarrea funcional o la Distensión o hinchazón funcional.

🔹 Paciente que solicita una infusión para los gases o simeticona
→ Puede haber disbiosis intestinal o fermentación excesiva. Un probiótico con cepas específicas puede ayudar a equilibrar la microbiota y reducir la producción de gases.

🔹 Persona que busca un antiácido por digestión lenta y pesadez después de las comidas
→ Puede ser dispepsia funcional, relacionada con alteraciones en la microbiota intestinal. Un probiótico puede mejorar la motilidad y reducir la inflamación.

🔹 Paciente que pide un laxante suave porque tiene estreñimiento crónico
→ Algunos probióticos pueden mejorar la motilidad intestinal al aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta y equilibrar la microbiota.

🔹 Niño con dolor de barriga recurrente sin causa clara
→ Puede ser un trastorno funcional digestivo como el síndrome de intestino irritable pediátrico. Un probiótico infantil adecuado puede mejorar los síntomas.

🔹 Persona con episodios de diarrea funcional o postinfecciosa que busca un antidiarreico
→ Un probiótico con cepas específicas puede ayudar a restaurar la microbiota y reducir la duración y frecuencia de los episodios.

🔹 Paciente con síndrome del intestino irritable (SII) que busca algo natural para aliviar sus síntomas
→ Dependiendo del subtipo (diarrea, estreñimiento o mixto), ciertos probióticos han demostrado eficacia en la regulación del tránsito intestinal y la reducción del dolor abdominal.

🔹 Persona con hinchazón abdominal frecuente que busca carbón activado o productos antiflatulentos
→ Puede haber una alteración en la microbiota que esté favoreciendo una fermentación excesiva. Un probiótico adecuado puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la digestión.

🔹 Paciente que ha tomado antibióticos recientemente y consulta por molestias digestivas
→ Puede haber una alteración en la microbiota que provoque disbiosis y síntomas digestivos. Un probiótico específico puede ayudar a restaurar el equilibrio.

🔹 Persona con episodios de náuseas y sensación de estómago revuelto que busca algo para aliviarlo
→ Puede estar relacionado con disbiosis o alteración en la motilidad gástrica. Ciertos probióticos pueden mejorar la función digestiva.

https://doi.org/10.3390/pathophysiology31020019

📌 ¿Qué es?
Es una red de comunicación entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central (SNC), que regula funciones digestivas, inmunitarias y emocionales.

📌 ¿Cómo se comunican?

•Sistema Nervioso Entérico (SNE): Red neuronal intrínseca en el tracto gastrointestinal que regula funciones digestivas
•Nervio Vago: Principal vía neural bidireccional que conecta el intestino y el cerebro, transmitiendo información sensorial y motora
•Microbiota Intestinal: Comunidad de microorganismos en el intestino que produce compuestos bioactivos que influyen en el
eje intestino-cerebro

📌 Mecanismos de comunicación
✅ •Neurotransmisores: Mensajeros químicos (ej. serotonina, GABA, epinefrina, norepinefrina, dopamina) que transmiten señales entre el intestino y el cerebro, que influyen en el estado de ánimo y la motilidad intestinal.
✅Comunicación Neural: Principalmente a través del nervio vago, que envía información sensorial del intestino al tronco encefálico y luego a regiones cerebrales como el hipotálamo (funciones autonómicas), el sistema límbico (emociones y memoria) y la corteza prefrontal (funciones ejecutivas)
✅ Hormonas: Sustancias químicas (ej. cortisol, grelina, leptina) que influyen en las funciones del intestino y el cerebro, regulan la inflamación, el metabolismo y el estrés.
✅ Sistema inmune: La microbiota controla la maduración y respuesta inmune en la mucosa intestinal.
✅ Permeabilidad intestinal: Un intestino permeable permite la entrada de toxinas, aumentando inflamación y alteraciones en el SNC.

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🔬 IMPACTO DE LA MICROBIOTA EN EL EJE INTESTINO-CEREBRO

1️⃣ Regulación de la Digestión 🍽️
✅ Producción de enzimas digestivas: Algunas bacterias ayudan a descomponer fibras y nutrientes, facilitando su absorción.
✅ Fermentación de fibra y producción de AGCC (ácidos grasos de cadena corta): Estos metabolitos protegen la mucosa intestinal y reducen la inflamación.
✅ Regulación de la barrera intestinal: Una microbiota equilibrada mantiene la integridad de la barrera intestinal, evitando el paso de toxinas y reduciendo la inflamación sistémica.

2️⃣ Regulación de la Motilidad Intestinal 🚀
✅ Producción de serotonina (5-HT): El 90 % de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, modulando la contracción y relajación intestinal.
✅ Estimulación del nervio vago: Algunas bacterias como los Lactobacillus pueden activar el nervio vago, favoreciendo un tránsito intestinal equilibrado.
✅ Prevención del estreñimiento y la diarrea: Algunas bacterias regulan el equilibrio entre hipermotilidad (diarrea) e hipomotilidad (estreñimiento).

3️⃣ Regulación de la Respuesta al Estrés 🧠
✅ Producción de neurotransmisores: La microbiota intestinal influye en la producción de GABA, dopamina y serotonina, neurotransmisores clave en la regulación del estrés y la ansiedad.
✅ Modulación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA): La microbiota ayuda a regular la liberación de cortisol, reduciendo la reactividad al estrés.
✅ Control de la inflamación y la respuesta inmune: La disbiosis intestinal puede aumentar la inflamación sistémica, afectando la capacidad del cuerpo para gestionar el estrés.

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📌 ¿Cómo afecta la disbiosis intestinal a la salud?
La disbiosis intestinal es el desequilibrio en la composición y función de la microbiota. Este desajuste puede alterar múltiples procesos fisiológicos, afectando la digestión, la motilidad intestinal y la respuesta al estrés.

1️⃣ Disbiosis y Digestión 🍽️
✅ Menor producción de enzimas digestivas: Algunas bacterias beneficiosas ayudan a descomponer alimentos y absorber nutrientes. Su disminución puede generar déficit de vitaminas y minerales.
✅ Fermentación anómala y exceso de gases: La sobrepoblación de bacterias fermentadoras puede provocar hinchazón, flatulencias y malestar abdominal.
✅ Mayor permeabilidad intestinal: La disbiosis deteriora la barrera intestinal, permitiendo la entrada de toxinas y activando el sistema inmune, lo que puede generar inflamación crónica y molestias digestivas.

2️⃣ Disbiosis y Motilidad Intestinal 🚀
✅ Alteración en la producción de serotonina (5-HT): El 90 % de la serotonina se produce en el intestino y regula el tránsito intestinal. La disbiosis puede causar un tránsito intestinal lento (estreñimiento) o acelerado (diarrea).
✅ Hipermotilidad o hipomotilidad intestinal: Algunas bacterias regulan la contracción del intestino. Su desequilibrio puede generar episodios alternos de diarrea y estreñimiento (como en el SII).
✅ Inflamación y alteración de la señalización neuronal: La disbiosis favorece la inflamación intestinal, lo que puede aumentar la hipersensibilidad visceral, haciendo que el paciente perciba más dolor ante estímulos normales.

3️⃣ Disbiosis y Estrés 🧠
✅ Mayor reactividad al estrés: La disbiosis altera la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), aumentando la producción de cortisol, lo que agrava la ansiedad y el estrés.
✅ Menor producción de neurotransmisores: Una microbiota desequilibrada reduce la síntesis de GABA, serotonina y dopamina, aumentando el riesgo de estrés, ansiedad y alteraciones del estado de ánimo.
✅ Inflamación crónica y fatiga: La disbiosis genera metabolitos inflamatorios que afectan al cerebro, contribuyendo a la sensación de cansancio, niebla mental y fatiga crónica.

🔬 Conclusión
La disbiosis no solo afecta al intestino, sino a todo el organismo. Alteraciones en la microbiota pueden generar problemas digestivos, alteraciones en la motilidad intestinal y mayor reactividad al estrés. Restaurar el equilibrio con probióticos adecuados, alimentación rica en fibra y hábitos saludables es clave para mejorar la salud global. 🚀

COMO

1️⃣ Modulación de la microbiota intestinal y corrección de la disbiosis 🦠
✅ En niños con DAF y otros trastornos digestivos funcionales, es común encontrar un desequilibrio en la microbiota intestinal (disbiosis).
✅ Los probióticos ayudan a restaurar la microbiota favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas y reduciendo la presencia de microorganismos que pueden sensibilizar el intestino o desencadenar el dolor.
✅ Al mejorar el equilibrio de la microbiota, se reduce la producción de sustancias inflamatorias y fermentación excesiva, disminuyendo la hinchazón y el malestar.

2️⃣ Reducción de la hipersensibilidad visceral 🤕
✅ Los niños con DAF suelen experimentar una mayor percepción del dolor ante estímulos normales (hipersensibilidad visceral).
✅ Algunos probióticos pueden modular la señalización nerviosa en el intestino, reduciendo la respuesta exagerada del sistema nervioso a los estímulos digestivos.
✅ se ha demostrado que ciertos probióticos disminuyen la actividad de las fibras nerviosas sensoriales en el intestino, lo que puede traducirse en menos dolor y mayor confort digestivo en niños.

3️⃣ Interacción con el eje intestino-cerebro 🧠
✅ El eje intestino-cerebro juega un papel clave en la percepción del dolor y el bienestar emocional.
✅ Los probióticos pueden influir en la producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, que modulan tanto el estado de ánimo como la sensibilidad intestinal.
✅ Esto significa que no solo pueden ayudar a reducir el dolor, sino también a mejorar síntomas emocionales asociados, como ansiedad o estrés, que pueden agravar la percepción del dolor en los niños.

🔬 Conclusión
Los probióticos pueden ser una estrategia efectiva para el manejo del dolor funcional en niños, actuando sobre la microbiota, la hipersensibilidad intestinal y el eje intestino-cerebro. Su uso, combinado con un enfoque integral basado en alimentación y hábitos saludables, puede mejorar la calidad de vida del niño de forma significativa. 🚀